LA EVOLUCIÓN DE 395 A 527

 
Política exterior y control de las fronteras: Los emperadores buscaron mantener a los pueblos germánicos y otros grupos nómadas alejados del Imperio mediante una combinación de pactos, recompensas económicas y expulsiones. Se realizaron acuerdos con tribus como los ostrogodos, francos y burgundios, garantizando su alejamiento del territorio imperial a cambio de concesiones. Se pagaban tributos o tasas a grupos como los hunos, gépidos y alanos para evitar incursiones y ataques. En otros casos, la política de expulsión se aplicaba a pueblos como los eslavos y visigodos, para mantenerlos fuera de las fronteras bizantinas.
Reforma militar y "desgermanización" del ejército: El ejército bizantino experimentó un proceso de transformación, reduciendo la dependencia de mercenarios germanos y promoviendo la inclusión de contingentes de diversos orígenes, como bereberes, árabes, persas, eslavos y hunos. La figura de los magistri militum, que eran los jefes militares, dejó de estar monopolizada por líderes germanos. Este proceso contribuyó a la llegada al trono de Zenón I en 474, un emperador de origen isaurio, lo cual reflejaba la diversidad étnica en la cúpula militar y en la guardia imperial, compuesta por los excubitores, la guardia personal del emperador.
Eficiencia administrativa y lucha contra la corrupción: La administración bizantina se esforzó por reducir la corrupción para asegurar que los ingresos fiscales fueran utilizados correctamente, especialmente en el pago del ejército y en actividades diplomáticas. Un ejemplo de estos esfuerzos fue el emperador Anastasio I (491-518), bajo cuyo gobierno se realizaron importantes reformas fiscales y administrativas. La eliminación de la corrupción garantizaba que el dinero recaudado de los impuestos llegara a donde se necesitaba, lo que mejoró la estabilidad social y económica del imperio.
Desarrollo agrícola y expansión económica: La eliminación de la corrupción también benefició la agricultura, ya que los terratenientes podían pagar sus contribuciones con regularidad, evitando así el abandono de tierras. Esto motivó a los propietarios a expandir sus dominios agrícolas y mejorar las técnicas de cultivo. El comercio en las ciudades bizantinas prosperó, beneficiándose de su ubicación estratégica en las rutas comerciales entre Oriente y Occidente, así como entre el sur de África y Europa del norte. Las ciudades y puertos bizantinos se convirtieron en centros clave del comercio internacional, lo que incrementó la riqueza del imperio.
Relación entre la Iglesia y el Estado: A diferencia del Imperio Romano de Occidente, en Bizancio la Iglesia se alió estrechamente con el poder político, especialmente a partir del reinado de León I. Se alcanzó un acuerdo con el patriarca de Constantinopla, quien aceptó el control del Estado sobre las estructuras eclesiásticas. El emperador tenía la autoridad de nombrar a altos cargos de la Iglesia, como obispos y presbíteros, lo que le permitía consolidar su poder y abordar conflictos doctrinales, como las disputas con los nestorianos y los monofisitas. El emperador era considerado "elegido de Dios", dotando a su gobierno y decisiones de un carácter sagrado.
Constantinopla como centro del poder bizantino: Fundada como capital en 324, Constantinopla se convirtió en el centro neurálgico del poder bizantino. Teodosio II (408-450) fortaleció sus defensas al completar las murallas, lo que la transformó en una de las ciudades más fortificadas e inexpugnables del mundo. Denominada "Nea Roma" (Nueva Roma), simbolizaba la continuidad del Imperio Romano bajo una nueva forma cristiana. La organización espacial de la ciudad reflejaba el poder imperial, con Santa Sofía y los palacios imperiales en su centro, contrastando con Roma, donde el poder político se concentraba en los foros. La ubicación de Santa Sofía, cercana al mar, también subrayaba la importancia de la ciudad como punto estratégico y espiritual.
JUSTINIANO I (527-565)
Justiniano, nacido en el seno de una familia humilde, mostró una comprensión profunda del papel del emperador, percibiéndolo como una figura que debía intervenir en todos los aspectos de la vida del imperio. Su firme actitud hacia el gobierno se consolidó tras la Rebelión de Nika en 532, un levantamiento violento que casi lo derroca. Este conflicto entre los seguidores de los equipos del hipódromo, los Verdes y los Azules, desencadenó la destrucción de buena parte de Constantinopla. Sin embargo, Justiniano respondió con determinación, empleando la fuerza militar para sofocar la revuelta y restablecer su autoridad.
Después de la rebelión, Justiniano adoptó la visión de que había sido elegido por Dios con una misión: renovar el Imperio Romano y restaurar su antigua gloria. La figura del emperador no solo se asociaba al poder político, sino también a un propósito casi divino, donde la intervención imperial se justificaba como un mandato celestial para proteger y fortalecer el imperio.
Para llevar a cabo su proyecto de renovación, Justiniano se rodeó de colaboradores de gran habilidad y lealtad. Entre ellos se encontraban Triboniano, encargado de la reforma del sistema legal; Juan de Capadocia, responsable de la administración financiera; y los generales Belisario y Narsés, quienes desempeñaron papeles clave en la recuperación militar de territorios en África y la península Itálica. La emperatriz Teodora, su esposa, fue una figura esencial, participando
activamente en la política y ejerciendo influencia en cuestiones religiosas y sociales Justiniano no se limitaron a lo militar y lo político. También emprendió una vasta campaña de construcción, en la cual se destaca la reconstrucción de Santa Sofía, convertida en un símbolo de la majestuosidad y la centralidad del cristianismo en su gobierno. La renovación urbana, junto con la codificación del Derecho Romano, refleja su intento de establecer una continuidad con el pasado imperial mientras se adaptaba a las realidades de su época.
La política interior del Imperio Bizantino bajo Justiniano se caracterizó por una serie de reformas administrativas implementadas a partir de 535, que buscaron centralizar el poder y optimizar la gestión del estado:
Reforma administrativa y centralización: Justiniano reforzó una tendencia que se venía consolidando desde 395, que consistía en la separación de los poderes civil y militar. La administración pasó a ser gestionada por dos autoridades diferentes, una encargada de la administración civil y otra del mando militar, lo que evitaba la concentración de poder en una sola persona. A pesar de la separación, Justiniano mantuvo un control centralizado, con la intención de supervisar y tener injerencia en todos los asuntos del imperio, desde los más altos niveles hasta la vida cotidiana de los súbditos.
Profesionalización de la administración: Se llevó a cabo un proceso para profesionalizar los cuerpos administrativos, con la introducción de estrictas normativas que fijaban competencias y responsabilidades en una estructura altamente jerarquizada. El modelo jerárquico del ejército fue trasladado a la administración civil, estableciendo una cadena de mando donde las decisiones de los superiores se implementaban de manera sistemática en todos los niveles.
Prohibición de la compra de cargos: Justiniano promulgó leyes que prohibían la venta de cargos públicos, una práctica que había fomentado la corrupción y debilitado la eficacia administrativa. La intención era asegurar que los puestos en el gobierno fueran ocupados por personas competentes y no por aquellos que simplemente podían pagar por ellos.
División administrativa del imperio:
Departamentos centrales: La administración central se dividió en cuatro grandes departamentos, con un peso significativo en el departamento de Hacienda, que se encargaba de la recaudación de impuestos y la gestión de los recursos estatales.
Estructura territorial: El modelo territorial del imperio replicaba la organización romana, dividiendo el territorio en prefecturas, que eran subdivisiones de mayor tamaño, luego en diócesis y, finalmente, en provincias más pequeñas.
Aparición del exarcado: Se introdujo la figura del "exarca", quien tenía tanto el mando civil como el militar en áreas específicas del imperio, como en los exarcados de Rávena y África. Esta medida buscaba una mayor eficiencia en la defensa y administración de las regiones fronterizas o conflictivas.
Destaca la figura del Prefecto del Pretorio, Juan de Capadocia: Uno de los principales artífices de la reforma administrativa fue Juan de Capadocia, prefecto del pretorio. Su labor fue crucial en la implementación de las políticas de centralización y en la reorganización de la administración fiscal, aunque su carrera estuvo marcada por controversias debido a sus métodos enérgicos para recaudar impuestos y su posterior caída en desgracia.
Estas reformas consolidaron el poder del emperador y mejoraron la eficiencia administrativa, aunque la centralización también generó tensiones y resistencias en algunas regiones del imperio.
DIVISIÓN DE LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA DEL IMPERIO BIZANTINO.
Cuando nos vamos al aspecto más regional y local, encontramos distintas definiciones, en cada sitio se llama de una manera distinta al administrativo que hay allí.
En primer lugar, tenemos al emperador (Basileus), hay una centralización, ya que, no hay nada que se haga sin su visto bueno. Había 4 grandes departamentos administrativos:
Comes Rerum Privatum. Conde de las cosas privadas se encarga de la Hacienda (alto funcionario que se encarga de gestionar todo aquello que es propiedad del emperador). No están totalmente definidas las propiedades del emperador como persona y como cargo. Hay dos funcionarios que dependen de este cargo.
Uno se encarga de las tierras del emperador. Otro se encarga de la gestión de la moneda, de todo lo que es el dinero en moneda que pertenece al emperador.
A su vez, el emperador tiene dos grandes posesiones, la que es privada y le pertenece por herencia familiar de su dinastía y, por otro lado, lo que le compete en cuanto a emperador. Esto es el origen del Tesoro público, que pertenece al emperador, pero que propio del cargo, tras su muerte no se reparte y lo hereda su sucesor.
Magister Officiorum. Jefe de la administración, justicia regia y los asuntos exteriores (diplomacia, declaración de guerra, tratados de paz). Es el más importante de estos 4. De él depende la Scholae que es la guardia palatina que defiende el palacio del emperador.
Quaestor Sacri Palati. Jefe de la justicia administrativa y la cancillería. Encargado de vigilar la redacción de todos los documentos producidos por orden del emperador, como los privilegios. La diferencia entre Justicia administrativa y Justicia regia:
Administrativa, todo lo que hoy en día entendemos como contencioso civil.
Regia, es bastante más amplia, penas, castigos, cárcel, parte de lo civil, pero, principalmente, se encarga de lo criminal Exarcas y estrategas. Aunará el poder civil con el poder militar en las regiones más alejadas que habían sido recientemente conquistadas. Esto se hace para facilitar la gestión de estas zonas, por ejemplo, Ravena en Italia. En el silo VI los exarcas serán llamados estrategas
Comes sacrae largistiones. Jefe de la Hacienda pública que tiene bajo mando una red capilar, que llega hasta el último rincón del Imperial, de curiales o logotetas que están encargados de recaudar impuestos en las ciudades y las villas. Cada dos o tres ciudades pequeñas hay uno que garantiza la recaudación.
Dentro de la esfera militar están los magister militum. Con el paso del tiempo y las conquistas que realizará el Imperio Bizantino se crearán dos nuevos cargos para ostentar el poder civil y militar.
ESTRUCTURA DEL EJÉRCITO:
Limitanei. Los más antiguos históricamente. «Soldados campesinos» que se envían al limes, a la frontera, de ahí su delimitación, aquellos que viven en la frontera, en el limes. Normalmente suelen ir obligados (bien por motivos de deuda o por cometer algún delito) ya que es un territorio peligroso.
En este limes se les dan cultivos y se le da un dinero para que mantengan siempre activas y listas las armas de combate para que al recibir la orden del magister militum acudan a la base del regimiento militar que sea y entren al servicio como soldados de los jefes miliares. Muchas veces, son gente obligada a esa frontera por motivo de deudas económicas, bien porque hayan cometido algún tipo de delito y como castigo tienen que ir a la frontera.
Comicatus o Stratio. Forman parte del Ejército regular de forma voluntario, es decir, los soldados asalariados, están a lo largo de todo el Imperio, no solamente en los limes.
Socii (socios) y Foedarati (federados). Son mercenarios normalmente de pueblos germanios eslavos, algunos persas. Foedarati, es decir, federados recordando a las federaciones (foedus) que otorgaba el Imperio Romano, en este caso, se refiere a individuos no a grupos, estos extranjeros pasan a trabajar como mercenarios para el Ejército.
Bucellarii. Ejércitos mercenarios de caballería no tienen por qué ser extranjeros. Trabajan para el Estado.
Optimates. Son Ejércitos privados. Los pagan terratenientes con mucho dinero para garantizar la seguridad de sus tierras. También, lo pueden pagar comerciantes para garantizar la seguridad de los productos que portaban las caravanas por las rutas comerciales. No tienen un control Estatal, por lo que, si se extralimitan se llama la atención al dueño.
CAMBIOS EN EL DERECHO.

Implantación del Corpus Civilis entre 528 y 533, se recopilan todas las leyes del
Imperio Romano, desde la creación del Imperio con Augusto, en adelante, hasta este momento nadie había realizado esta labor, como mucho se había hecho sobre un aspecto especifico, sustituyendo a todo el corpus legislativo romano anterior. Justiniano I dicta que tras este corpus se ha llegado al culmen del derecho y, por tanto, no puede ser mejorado. Todos los reinos europeos beberán de este derecho, mejorándolo. Contiene:
                Codex Iustinianus. Edictos imperiales desde la época de Augusto.
                Digestos. Todos los edictos que se han promulgado en el Imperio Romano junto con todo lo que han hablado, mencionado y comentado sobre estas leyes. Claro que, desde un punto de vista institucional, por lo que no hay una gran crítica.
                Instituciones: manual de exámenes para juristas.
                Tras Justiniano I se suman las Novellae al Corpus. Edictos imperiales posteriores al compendio que empiezan con el propio Justiniano. Durante los 32 años de reinado que le quedan creará otras leyes que se incluyen en estas novellae, tras su muerte, todo lo que sea nuevo también queda incluido en este apartado.
Todo esto tiene un fuerte impacto en el Imperio Bizantino y en su desarrollo en el futuro. A partir del siglo VI, este Corpus empieza a copiarse y reproducirse en todos los estados europeos y no europeos.
RELACIONES CON LA IGLESIA.
Concepción justinianea: El cesaropatismo
Es la trasformación del César en el Papa, por tanto, este puede mandar sin la necesidad de la existencia de ningún Papa. El emperador es el jefe político y el jefe de la Iglesia, esto implica que se realizarán rituales a la figura del emperador (al considerarse sagrado), a través de la propaganda visual ceremonial de corte orientalizado:
                Baldaquino, significa la sacralización de la persona del emperador. Representa en pequeño al templo de Jerusalén.
                Prosternación, es el cambio que hace Justiniano en la manera en la que los súbitos se tienen que dirigir hacia él, hasta Justiniano lo común era la genuflexión (reverencia hincando una rodilla al suelo). La prosternación es agachar el torso, hacerle una reverencia al emperador y retirarse sin mirarle a la cara, ya que, esto era considerado sacrilegio.
                Intangibilidad, mirar o tocar al emperador era sacrilegio, por tanto, había una capa específica para sus manos que le permitía que las demás personas le pudiesen pasar objetos sin tocar su piel.
Continua el monofisismo. En Egipto, Armenia y parte de Siria y Palestina, también en una parte importante de Constantinopla. Persecución y expulsión radical a principios del reinado. Justiniano se define como ortodoxo, persigue y mete en la cárcel a todo aquel que era monofisita, pero mediante la intervención de su esposa, que pertenecía a esta rama de pensamiento y le recomendaba atemperar este afán. Esto le causó problemas como la revuelta de Nica.
Por tanto, se intentará aunar las dos posturas, en diferentes concilios, lo cual, ninguna de las dos partes va a llegar a ningún acuerdo.
Se decreta el cierre de la Schola de Atenas en 528. Uno de los principales centros de paganismo era el estoicismo, se hablaba de ateísmo en el sentido de que la importancia la adquiere el cosmos. Además, se prohíbe que los nestorianos y monofisitas pudiesen acceder a la carrera administrativa.
A los judíos se les limita practicar su religión, que hasta en ese momento se podía realizar de forma pública. Tras esto, se prohíben los festejos de manera pública.
Intento de solución con el concilio ecuménico de Constantinopla en 533, pero sin resultados concluyentes, más allá de una paz tensa entre ortodoxos y monofisitas. Se dieron otros muchos concilios ecuménicos que lejos de conciliar crean nuevas ramas del cristianismo, por regla general, tendrán un breve tiempo de vida y no serán muy relevantes.
POLÍTICA EXTERIOR.
Una de las claves es la capacidad de destinar una serie de gastos importantes a la diplomática esto es algo sin precedentes.
Su objetivo es la restauración del Imperio Romano, para conseguir esto hay que pactar con quien sea, generalmente, se pacta con todos aquellos que tienen el mismo credo. Se envió embajadas de diplomáticos a los francos y burgundios al ser pueblos cristianos, también a algunos grupos de eslavos.
También se crearán pactos con el imperio Sasánida que llegarán a buen puerto llegando a la paz. Se firmará la denominada paz eterna en 532. Se fija una serie de frontera que se mantiene en el siglo VI y buena parte del VII. Esta frontera está fijada en la línea Crimea-Armenia- Curso alto del Tigris y Éufrates- Palmira- Petra y Sinaí. No siempre se cumplió (ataque del 540 a Antioquía) pero no hubo grandes cambios fronterizos.
Gran parte del dinero de las arcas públicas será destinada a la actividad diplomática.
Campaña de conquista en varias fases.
Los contactos de diplomacia también son de espionaje se llega a saber que los vándalos, están en crisis por una lucha interna, la población áfrica-romana no está a favor del gobierno. Por tanto, se aprovecha esta situación para hacer un ataque rápido, conciso con una flota comandada por Belisario de 18000 militares (relativamente pequeña), según las fuentes, que rápidamente conquistarán este territorio.
La conquista es fácil gracias a los apoyos internos, pero hay continuos ataques de los bereberes en las fronteras de este territorio, lo que generará gastos continuos y que una parte del Ejército se debe quedar de manera ininterrumpida, por tanto, se crea un exarcado a los pocos años.
Conquista del Reino Ostrogodo (553-554/563): a pesar de que los ostrogodos envían sus peticiones diplomáticas afirmando que no hacía falta conquistarles, el Imperio Bizantino con Belisario deciden continuar con ese ataque 1 año después de la conquista del reino vándalo pensando que conseguirían los apoyos de la parte de la población. Se intentará hacer un ataque en tenaza, por el norte (con Mandus) y por el sur de la península (Belisario). Pero la población no será tan favorable al domino bizantino, por lo cual, el proceso de conquista es más lento.
Además, surgen otras complicaciones, como los persas que al no recibir los pagos de los bizantinos atacaron la frontera y se tuvo que destinar tropas a esta frontera.
Habrá que esperar al año 551, que es cuando ya definitivamente se procederá la conquista de la península italiana entrando por el norte. Habrá una serie de reductos controlados por los ostrogodos que en el 563 quedarán eliminados definitivamente del mapa.
Toma del sureste península ibérica (553- 554): Surgió una crisis política producida por la lucha por el poder dentro de Reino visigodo, se intenta conquistar el sur peninsular. Aprovechando el desplazamiento de tropas tras las victorias de los ostrogodos.
Liberio es mandado a tomar puntos estratégicos de la costa ibérica (Cartagena, Málaga Algeciras y Ceuta), se quedarán solamente con el control de los puertos en la zona del estrecho de Gibraltar, junto con las Islas Baleares, para controlar las rutas comerciales que pasaban por el Mediterráneo.
Se quedan exclusivamente en los puertos porque no había gran interés de los hispanorromanos de pasarse al imperio bizantino. Las Islas Baleares serán bizantinas hasta la conquista musulmana.
Pasó directamente del Imperio Romano al Imperio Bizantino y luego a los árabes, por tanto, nunca fue visigoda.
INESTABILIDAD (565-610).
Entramos en una etapa de inestabilidad tras la muerte de Justiniano I. son cuatro los factores que influyen en su declive:
Todo el gasto que realiza Justiniano para pagar la guerra y la paz (eslavos, sasánidas) estos gastos son difícilmente soportables para la Hacienda. Además, el mantenimiento de las tropas como los mercenarios se complica debido a los atrasos de los pagos.
Mayor conflicto con el monofisismo (persecución de Justiniano II). La zona sirio-palestina era monofisita de esta zona provenía gran parte del comercio su persecución hará que no se sientan identificados por el Imperio.
Polarización social. Tanto en el ámbito rural como en el urbano:
                Los terratenientes tendrán desafección por el emperador, por tanto, con su propio Ejército impedirán que se les pueda recaudar impuestos.
                En la capital, no hay seguridad en las calles ni paz social, lo que genera problemas en la vivencia, comercio, recaudación de impuestos etc…
El pueblo de Constantinopla se sublevará Justiniano II (rinogmetos) sería prendido por el pueblo, torturado, le cortarían la nariz y lo mandan al exilio. Justiniano II, más tarde, junto a tropas mercenarias volvería a Constantinopla tomando fuertes represarías contra el pueblo de esta ciudad.
Ataques externos de diferentes sitios:
                Lombardos en Italia (568). Serían el último de los pueblos germanos que se moverían desde Escandinavia hasta pasar a la Península Itálica. El problema que se había encontrado Justiniano era la falta de afecto por parte de la población ítalo-romana, quienes verán con buenos ojos la entrada de otros grupos que les den más libertad, en este caso, los lombardos. Por ello, consiguen hacerse con el control de gran parte de Italia en el año 568. Se crearán el reino Lombardo y los ducados de Benevento y Spoleto.
Eslavos. Ocuparon el hueco dejado por los germanos. Esta población acaba dividiéndose en: Eslavos Orientales (origen de Bielorrusia, Polonia etc.)
Los Eslavos del Sur (yugoeslavos, origen de los serbios, croatas, macedonios). Eslavos del Norte (Ucrania, Rusia).
                Los ávaros que también empujan en las fronteras del Imperio Bizantino entre los siglos VI y VIII formando sus propios reinos. Pierden casi todo lo que habían conquistado de la Península Ibérica, solo les quedarán las Islas Baleares.
                Por último, se produce un ataque de los persas en Oriente en el 573.
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