GRECIA EN EL PERÍODO CLÁSICO (III)

I Guerra Médica (490 a.C)

Tras esta derrota los persas se prepararon en Cilicia para una nueva expedición con el fin de tomar represalias contra Atenas y Eretría por su apoyo a la insurrección jonia y la destrucción de Sardes al mando de Datis y Artafernes.

Los griegos identificaban a los persas como medos un pueblo originario en la constitución del Imperio persa. De ahí proviene el nombre del primer enfrentamiento: Primera Guerra Médica, que se inició con victorias del bando persa como la toma de Eretria.

Tras la toma de Naxos los persas llegaron a Delos pero Datos prohibió que se saqueara la isla respetando el santuario de Apolo.

Los persas al llegar a Eubea ocuparon Caristos y saquearon toda Eretría a modo de castigo por el apoyo a los jonios. Los atenienses intentaron ayudar a la ciudad pero no lo consiguieron. Los supervivientes del saqueo fueron deportados a Susa.

Atenas esperaba el ataque de los persas que se encontraban de camino. El Polemarca Milcíades fue el jefe de la expedición. Consiguió que la Eklesía aceptara presentar batalla a los persas ya que la ciudad de Atenas no estaba realmente preparada para un asedio mientras pedían ayuda a Esparta.

La batalla se inclinó hacia el lado griego en la batalla de Maratón, al mando del ateniense Milcíades que en el momento en que los persas estaban embarcando hacia Atenas atacó a los persas tomándolos por sorpresa.

La victoria de Maratón se interpretó como el triunfo de la táctica hoplítica lo que provocó en la ciudadanía una unión de todos los helenos. Lo que llevó a unas consecuencias:

      Los atenienses adquirieron gran confianza en la ciudad y en las instituciones.

      Los hoplitas fueron reconocidos por los atenienses como una clase social determinada.

      En esta batalla es la última vez que se muestra la figura del Polemarco.

      La victoria de Maratón creó una imagen gloriosa para los atenienses, los guerreros fueron considerados héroes de su patria mientras que los muertos fueron enterrados con grandes honores.

El decenio entre las dos guerras 490-480

Milcíades tras la guerra logró, con la aprobación de la Eklesía, realizar una expedición contra los persas llevándose 70 naves, sin embargo en Paros esta expedición se malogró y tras cuatro meses de asedio regresó a Atenas. Sin embargo regresó herido y lo acusaron de estafar a los atenienses dónde fue absuelto de la pena capital por la Eklesía y se le impuso una multa de 50 talentos que tuvo que pagar su hijo tras su muerte. Temístocles, tras la muerte de Milcíades en el 488 a.C, se hizo con el poder. Convirtiéndose así en el panorama político ateniense. Consciente de la superioridad naval de los persas se centró en la construcción de una flota naval, tarea que se pudo emprender tras convencer a la Eklesía de invertir la plata de las minas áticas de Laurión.

En el 481 se creó la liga Helénica que sirvió para enviar espías a Asia; tomar futuras represalias a las poleis griegas que colaboraran con los persas y se le cedió el mando de las tropas a Esparta.

Jerjes, el sucesor de Darío, organizó importantes obras que facilitaran los traslados de la tropa desde Asia hasta el Norte de Grecia. La consciencia de un inminente choque llevó a los griegos a firmar en Corinto un pacto de unión defensiva bajo el liderazgo militar de Esparta, que junto con sus aliados del Peloponeso, constituía la fuerza bélica terrestre más fuerte de la alianza.

II Guerra Médica (480-477 a.C)

El primer acontecimiento significativo fue la batalla en el paso de las Termópilas. Leónidas al frente de 300 espartanos resistió los embates de los persas con el fin de ganar tiempo y pudieran reorganizar la retaguardia griega. En el mar, un fuerte temporal provocó un descenso importante de la armada persa.

 

 


Las huestes persas terrestres se adueñaron de la Grecia central y llegaron hasta el Ática dónde destruyeron e incendiaron todos los monumentos de la acrópolis. Con la batalla naval de Salamina se inicia una serie de victorias para los griegos. La estrategia del strategos Temístocles: dividir la flota entre el estrecho de Artemisio y la bahía de Salamina obligó a la flota persa a maniobrar en un espacio demasiado estrecho dónde sus naves sufrieron importantes daños mientras que el resto optó por dispersarse y retirarse. Jerjes regresó a Asia y el general Mardonio se quedó con un importante contingente de tropas terrestres en Tesalia.

Pasado el invierno de 479 a.C las hostilidades se reanudaron y Mardonio invadió nuevamente el Ática. La contraofensiva griega se produjo por tierra en la llanura de Platea y fue dirigida por el rey espartano Pausanias. Las sucesivas derrotas del ejército persa y la muerte de su general Mardonio trajo como consecuencia la retirada de las tropas. De Platea salió una expedición aliada contra Tebas en castigo por su alianza con el imperio persa. Tras un duro asedio la ciudad entregó a sus gobernantes y estos fueron ejecutados.

Gracias a las victorias de Salamina y Platea en otoño de 479 a.C los griegos atacaron a los persas en Asia Menor en la batalla de Sestos, consiguen ganar y de esta forma protegen la entrada al Ática y controlan el Dardanelo. La flota griega dirigida por el espartano Leotiquidas marchó por el mar Egeo llegando al cabo Mícale, frente a la isla de Samos, donde la flota naval destruía las naves persas, el ejército destruyó al resto de las tropas que huían. Con esta victoria en el Cabo Mícale la ofensiva entre Grecia y Persia había terminado.

Consecuencias de las Guerras Médicas

Tras el conflicto la polis más beneficiada fue Atenas.

La primera consecuencia fue el fortalecimiento de Atenas, tanto en su prestigio militar como en su sistema político. Se reconstruyó la ciudad después de que los persas arrasaron las ciudades y conectaron el Pireo con Atenas a través de los largos muros. El triunfo de la táctica hoplítica reforzó el concepto de la ciudadanía. El peso de la defensa se encontraba en el conjunto de ciudadanos que luchaban en la falange. Esta participación en el ejército tenía que implicar una correspondencia en la actividad política. Las actividades de los ciudadanos tenderán a preservar la autonomía que define la polis y que permite elegir el sistema político, acuñar moneda y disponer de un ejército propio.

La segunda consecuencia fue la transformación del liderazgo militar en los asuntos que atañen a los griegos. Esparta encabezaba la Liga del Peloponeso manteniendo su dominio en el interior mientras que Atenas se constituía como líder de una liga marítima, la Liga Délica. Ante la amenaza extranjera se asienta la idea del hellenikon. Una estructura política en comunidades-estado celosas de su independencia no favorecía la unidad entre las mismas. El enemigo externo, el «bárbaro», con otra cultura, creencias e idioma promueven la consistencia de una identidad helénica.

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